"La tumba quemada"
Los mariachis callaron, algo se estaba quemando y un borracho grito:
-¡ Dios nos está castigando!
Mi compadre Juan, contesto:
-Debe ser porque me rapé.
Esa tarde habían cazado un venado, hasta Panfilo que nunca mataba una mosca, sacudió su vieja escopeta asegurándose que estaba listo para el ataque.
Después de su hazaña bailaron sobre su trofeo, comieron y bebieron para celebrar y hablaron tanto hasta que se quedaron dormidos.
Juan se había cortado un dedo y del susto soñé que se desangraba hasta morir.
Se levantaron y regresaron al pueblo, aún con ganas de fiesta entraron a la cantina “La tumba fría”. Moviendo algunas mesas se acomodaron para seguir ingiriendo aguardiente.
Ya todos bloqueados de tanto alcohol ni notamos cuando el cigarro de Pancho cayó sobre las copias de los carteles que anunciaban el baile de la próxima semana, iniciando el incendio que acabó con gran parte de la cantina.
Elvira
Citlali
Claudia
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